Los desahucios por impagos del alquiler, en máximos de cinco años

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El repunte de precios de los arrendamientos de viviendas eleva a 2.413 los lanzamientos en la región hasta junio, la cifra más alta desde 2013.

Ya hay más desahucios por el alquiler que por la ejecución de hipotecas. Los alquileres superan las rentas registradas durante los años de la burbuja inmobiliaria

Los precios de los alquileres de las viviendas se están convirtiendo en un muro demasiado alto para muchos inquilinos. Hasta el punto de que los desahucios en esta parte del mercado inmobiliario se han disparado en los últimos meses en la Comunidad Valenciana. El número de lanzamientos por impago de las rentas de los arrendamientos ya está en máximos de los últimos cinco años. Esta sangría coincide con la subida que han experimentado los precios, sobre todo en los grandes núcleos de población y los municipios de costa.

En este contexto, la Generalitat quiere poner freno a esta escalada de tarifas mediante el establecimiento de precios máximos de los alquileres en los enclaves más saturados y tensionados con el objetivo de hacer más accesible el acceso a la vivienda a costes razonables. Otra cosa es que este tipo de medidas resulten contraproducentes y poco eficaces.

Según los datos contenidos en el informe Efectos de la crisis económica en los órganos judiciales, que elabora la sección de Estadística del Consejo General del Poder Judicial, el número de lanzamientos practicados que se derivan de la aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) durante el primer semestre de este ejercicio asciende a 2.413 en la Comunidad (un 7% más que en el mismo periodo del año pasado). Hay que remontarse al primer semestre de 2013, en plena crisis económica y con el fenómeno de los desahucios en plena ebullición mediática, para encontrar una cifra de desahucios por impago del alquiler más elevada. En los primeros seis meses de 2013 se registraron 2.445 lanzamientos.

La espiral de desahucios en el alquiler ya supera incluso a los lanzamientos ejecutados por impagos de las hipotecas en las tres provincias. En el último año -periodo comprendido entre el tercer trimestre de 2017 y el segundo de 2018- los lanzamientos derivados de ejecuciones hipotecarias llegaron a 3.420, frente a los 4.298 desahucios en el arrendamiento.

La espiral

En el sector inmobiliario relacionan este ascenso de los impagos del alquiler con la dinámica casi imparable de los precios. «La subida de los arrendamientos no la puede aguantar todo el mundo el mundo, porque no todos tienen la misma capacidad económica y los dueños presionan con más alzas de tarifas, y eso provoca desahucios de forma automática», aseguran fuentes del sector.

Y es que los precios no se detienen. Según el último informe de Idealista, referido al tercer trimestre de este ejercicio, el precio medio por metro cuadrado en alquiler subió otro 0,5% en la Comunidad durante el tercer trimestre del año, hasta situarse en los 7,6 euros. En el último año, el aumento de precios ya es del 13,1%.

El precio medio de los arrendamientos creció un 0,8% en Valencia capital durante el verano. Esta subida ha dejado el precio del metro cuadrado en 9 euros. En la ciudad de Castellón los precios han caído un 1,5% y se han situado en los 5,5 euros/m2 durante el verano, mientras que en Alicante sus precios han repuntado un 2,8% durante el último trimestre, hasta situarse en 7,8 euros por metro cuadrado al mes.

La subida de precios es de tal magnitud que las tarifas están por encima de los máximos históricos que se dieron en 2008, justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

De este modo, el precio medio de alquiler de una vivienda de unos 90 metros en Alicante ciudad ahora está en los 702 euros; hace diez años, el promedio se situaba en los 648 euros.

En Valencia el precio medio actual es similar al de 2008, mientras que en Castellón está un 3,5% por debajo de los registros de hace una década.

La rentabilidad

Mientras tanto, la rentabilidad que presenta la compra de viviendas para su posterior arrendamiento se mantiene en números más que atractivos. El alquiler ha vuelto a ser una operación rentable, sobre todo si se compara con otras alternativas de inversión conservadoras, de ahí que particulares, y en mayor medida, grandes fondos de inversión, adquieran paquetes de inmuebles para ponerlos en el mercado en busca de esa rentabilidad, un incentivo que empuja los precios hacia arriba. La Comunidad en general, y Alicante en particular, son zonas óptimas para este tipo de movimientos por el tirón de los alquileres vacacionales.

Según un estudio de Idealista, «la inversión inmobiliaria, en cualquiera de los productos analizados, sigue ofreciendo unas tasas de rentabilidad que triplican, en el peor de los casos las de los bonos del Estado a diez años». Por ejemplo, la rentabilidad que ofrece la inversión en viviendas para ponerlas en alquiler en la ciudad de Alicante se sitúa en el 6,7%; en Valencia llega al 5,7% y en Castellón al 6,2% (el rendimiento de los bonos del Estado a diez años se queda en el 1,6%, y la rentabilidad de los depósitos es nula).

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